España aumenta la exportación de tomate, reduce la importación y Portugal se confirma como primer proveedor en lugar de Marruecos
De 2023 a 2024 aumenta un 18% la exportación, con Alemania como primer cliente, mientras que reduce un 12% las importaciones, con Portugal como primer proveedor, que desplaza a Marruecos por segundo año consecutivo
Fuente: Hortoinfo – 02/06/2025
En 2024 España aumentó un 17,98 por ciento sus exportaciones de tomate con respecto a 2023, mientras que redujo las compras a otros países un -12,1 por ciento, conclusión a la que llega el informe que ha elaborado y calculado Hortoinfo, basándose en cifras primarias obtenidas de la base de datos Estacom del ICEX, que a su vez utiliza datos provenientes de la Agencia Tributaria.
El informe muestra cómo Portugal, a pesar de haber reducido sus ventas de tomate a España un -27,5 por ciento con respecto a 2023, ha desbancado a Marruecos por segundo año consecutivo como primer proveedor de tomate a los importadores españoles.

Si en 2023 la importación española de tomate alcanzó los 238,47 millones de kilos, en 2024 cayó hasta los 209,72 millones. En sentido contrario al comportamiento de las importaciones, la exportación pasó de 571,67 millones de kilos en 2023 a 674,43 millones en 2024.
El valor que España ha obtenido por la exportación de tomate en 2024 ha sido de 1.099,5 millones de euros, 102,38 millones de euros menos que en 2023, al haber reducido el precio medio desde los 2,1 euros por kilo a los que se exportaron los tomates en 2023 a los 1,63 euros por kilo en 2024.
El 32,05 por ciento de los tomates que ha exportado España en 2024 han tenido como destino los mercados de Alemania, con un aumento del 24 por ciento respecto a 2023, pasando de los 174,33 millones de kilos de 2023 a los 216,18 millones de kilos correspondientes a 2024, con un valor en el pasado año de 383,34 millones de euros y un precio medio de 1,77 euros por kilo.

Francia ocupa la segunda posición entre los clientes de tomate español aumentando sus compras en un 22,51 por ciento desde 2023. El pasado año Francia compró a España un total de 85,9 millones de kilos, por los que pagó a España un valor de 101,35 millones de euros. El precio al que Francia ha pagado a España el tomate en 2024 ha sido de 1,18 euros por kilo.
Holanda (Países Bajos) aparece en la tercera posición entre los compradores de tomate español en 2024 con un volumen de 63,01 millones de kilos, un 13,08 por ciento menos que en 2023 cuando el volumen de tomate comprado a las empresas españolas por los importadores neerlandeses fue de 72,5 millones de kilos. El valor en 2024 ha sido de 97,64 millones de euros, con un precio medio de 1,55 euros por kilo.
Las importaciones
Como señalábamos, España ha reducido en 2024 un -12,1 por ciento las compras de tomate a otros países, cayendo hasta un volumen total de 209,72 millones de kilos desde los 238,47 millones de kilos de tomate que España compró a otros países en 2023.
Portugal se confirma por segundo año consecutivo como el principal proveedor de tomate a España a pesar de haber bajado los volúmenes un -27,5 por ciento con respecto a 2023, desde los 132,36 millones de kilos en 2023 a los 95,98 millones de kilos en 2024. El valor de las compras de tomate a Portugal este último año ha sido de 83,91 millones de euros, con un precio medio de 0,87 euros por kilo.

Marruecos queda relegado de nuevo a la segunda posición de la lista de países proveedores de tomate a España en 2024, con un volumen de 66,62 millones de kilos, un 15 por ciento más que en 2023 cuando las compras españolas de tomate a Marruecos fueron de 57,96 millones de kilos. El valor del tomate comprada a Marruecos en 2024 ha sido de 84,67 millones de euros con un precio medio de 1,27 euros por kilo.
Holanda ha sido en 2024 el tercer proveedor de tomate a España con 29,95 millones de kilos, un 5,8 por ciento más que en 2023, con un valor de 36,51 millones de euros y un precio medio de 1,22 euros por kilo.
Bélgica es el cuarto país que más tomate vendió a España en 2024 con 9,71 millones de kilos por los que los operadores españoles pagaron 9,36 millones de euros, a un precio medio de 0,96 euros por kilo.